domingo, 4 de diciembre de 2011

Volviendo

Me aburro tanto, que creo que voy a retomar el cacharro este, a ver como me lo re-oriento, que aún no se en qué dirección llevarlo

martes, 19 de enero de 2010

Capitulo 1, Parte 4

Esta vez era una especie de prisma metálico con un corte que lo atravesaba hasta la mitad dándole un parecido a una boca y dos protuberancias alargadas en el otro lado.
-¿Has averiguado para que sirve?-preguntaron ambos casi al unísono, lo que provocó una sonrisa en los tres.
-Pues sí, mirad chicos- cogió el objeto por las protuberancias alargadas con una mano, con la otra alcanzó un puñado de pergaminos viejos y sucios, y los situó en la hendidura- Y ahora es cuando viene lo asombroso- Los dos se quedaron mirando con asombro como apretaba las dos protuberancias con la mano entera, la hendidura se cerró sobre el papel y sonó un “clic”-
-¿Ya está?, ¿solo hace “clic”?- preguntó Kyern bastante desilusionado.
-No, siempre tan impaciente, observa- le dijo el director mientras sacaba los pergaminos, en la zona del pergamino que antes había introducido en la hendidura ahora había una pequeña línea metálica que atravesaba todas las hojas y las mantenía unidas- Asombroso, a que sí-dijo Uryo mientras les miraba- Esto nos permitirá entregar los pergaminos qque no dan para hacer un libro, y evitar que se pierdan.
Lyan y Kyern se miraron mutuamente bastante desilusionados esta vez.
-Bueno, servirá para que en lugar de que se pierda uno, se pierdan todos a lavez- dijo Kyern.
-Es algo…….¿útil?- acabó Lyan la frase.
-¿Útil?, me va a ahorrar muchísimo trabajo, ahora podré tener todos los documentos de un mismo tema unidos sin tener que ir buscando las páginas por separado.
Ambos volvieron a mirarse sin verle la utilidad a aquél cacharro, pero ahora mismo tenían cosas más importantes que hacer.
Kyern miró al anciano director y comenzó a decirle-Esto…Uryo, mmmmm, es que nos hemos percatado de algo extraño y veníamos a ver si tu sabías algo al respecto-
-¿Qué es lo que sucede?
-Pues que hoy por casualidad hemos llegado tarde por primera vez a la clase- Una sonrisa de complicidad, surcó la cara de Uryo- , y el maestro Huoren en lugar de enviarnos al campo de entrenamiento como solía hacer con los que llegan tarde, nos ha enviado clases extras esta tarde. Y otra cosa más así sin importancia que apenas nos ha llamado la atención, ¿A qué ha venido ese cambio en la zona de entrenamiento?.
Uryo se les quedó mirando a los dos con una expresión pensativa.
-Mañana os enterareis de todo, aprovechad las clases de esta tarde, porque os serán de mucha ayuda.
-¿Mañana?, pero lo queremos saber ahora.
-Tranquila Lyan, hasta mañana no podemos decir nada, y ahora salid ya de mi despacho u os quedaréis sin comida, que la campana sonará pronto.
Tenía razón, una vez acabó de pronunciar la frase comenzó a sonar la campana de apertura del comedor, los chicos se despidieron y salieron corriendo para coger un buen sitio y que no les tocaran las sobras, puesto que si llegabas muy tarde normalmente te quedabas sin comida, la mayoría de los alumnos eran como pozos son fondo lo único que hacían era tragar.
Después de la comida, que esta vez había sido bastante fructífera y abundante, volvieron al campo de entrenamiento y se quedaron observándolo y haciendo planes de cómo podrían superarlo en caso de que les tocara hacerlo. Al cabo de un par de horas no muy productivas, porque no estaban seguros de que era lo que había que hacer exactamente se fueron a las clases extras. Se dirigieron al despacho del Huoren.
Y llamaron a la puerta.
-Adelante-sonó una voz muy seria, abrieron la puerta y entraron en el despacho. Era completamente distinto al director. Un hombre de unos cuarenta años de edad, muy buen profesor, pero muy aferrado a las reglas y a la disciplina. Una larga melena negra con ya algunos brillos grises escondían una mirada seria aún más oculta tras unas gafas.
-Sentaos, y comencemos con las clases-
-Maestro….- comenzó a decir Lyan
-Antes que nada os tengo que explicar el por qué de éstas clases. Todo esto se debe a que pasado mañana se realizará el Recorrido Magno.

Capitulo 1, Parte 3

Esperaron a que finalizaran las clases de la mañana, y se dirigieron a hablar con el director para ver si lograban averiguar algo. Por el camino contemplaron el campo de entrenamiento, y sus pieles se empalidecieron hasta niveles enfermizos.
Era un lugar completamente distinto a como era antes, donde antes estaban las paredes lisas a las que estaban acostumbrados a escalar ahora se encontraba una montaña escarpada. Estacas afiladas acompañaban los riscos punzantes y rasposos que estaban a ras del suelo. Entre las briznas de hierbas les pareció ver algo parecido a cables, lo que les hizo encomendarse a la piedad de los profesores para que no fueran trampas.
En lugar del lago donde se realizaban los entrenamientos de pesca, natación, navegación y algún combate acuático, ahora se encontraba un pantano burbujeante, un hedor apestoso les llegó pese a estar a mas de cincuenta metros de ellos, por un momento Lyan estuvo segura de ver algo que deslizándose lentamente entre aquellos grumos de tierra y agua, aunque más que agua parecía mezcla de deshechos sólidos con más desechos líquidos, porque ese color púrpura amarillento no era algo que se consiguiera de forma natural.
Una vez acabaron de contemplar lo que quedaba del nuevo campo de entrenamiento, el cual a grandes rasgos era muy parecido, puesto que mayormente abundaban las estacas, cosas afiladas, cosas peligrosas y otras cosas indescriptibles que no habían visto en su vida, sin mencionar todas aquellas “cosas” que ambos estaban seguros de que eran criaturas no muy cariñosas ni amables que no tenían pinta de ser mansas y dóciles como cachorros. Comenzaron a moverse rápidamente hacia las dependencias del director.
Una vez llegaron allí, les tocó esperar como siempre, el pobre hombre, ya a sus ochenta y siete años, tenía demasiadas cosas que hacer y muy poco tiempo disponible, siempre se preguntaban como es que aún se despertaba con ganas de seguir trabajando, si ellos estuvieran en su lugar se harían pasar por enfermos o moribundos con tal de acabar el mandato y retomar una vida lo más normal posible.
-Adelante- sonó una voz decrépita y cansada desde detrás de la puerta.
Ambos pasaron y se encontraron en aquél despacho tan conocido para toda la escuela. Dos esqueletos de criaturas humanoides, pero con una cola saliendo de su pelvis y manos y pies con la misma forma palmeada, se encontraban a los lados de las puertas como si de guardianes se tratara, una gran cantidad de estatuillas, máscaras y objetos de lugares desconocidos para los muchachos adornaban las paredes y las estanterías, y el resto del espacio de la habitación estaba todo ocupado por libros que llevaban allí años, y contenían lenguas y conocimientos ya olvidados, nuevos, viejos, algunos incluso hablaban de lo mismo, pero escritos por distintas personas. Mientras curioseaban las cosas de la habitación en busca de algo nuevo, como hacían siempre que iban allí, Uryo se levantó y sacó algo de un cajón de su mesa.
-Mirad chicos, lo que me han enviado- Se acercaron rápidamente, Uryo siempre les mostraba objetos de todos los lugares del mundo y cada nuevo objeto que les enseñaba era más raro que el anterior.

Capitulo 1, Parte 2

Sacaron un mono azul con unos dibujos grises de una espiral que les recorría el cuerpo, y algo de ropa interior junto con un par de botas negras. Con la ropa en mano, se dirigieron hacia una puerta al fondo del barracón. Atravesaron un pasillo blanco, echaron un vistazo al comedor a través de las puertas, descubrieron que los cocineros no habían cambiado su costumbre de no guardarles el desayuno otro día más. Continuaron hasta llegar a una habitación blanca con algunos taburetes y dos estanterías con varias repisas. Dejaron la ropa limpia en una de las repisas y comenzaron a desnudarse, dejando las ropas que llevaban puesta en los taburetes. Una vez acabaron de desvestirse, se dirigieron a las duchas y ahí comenzó la rutina diaria de “La Escuela de Entrenamiento para Futuros Soldados”.
-Oye, Kyern- preguntó Lyan mientras se lavaba la cabeza.
-¿Si?
-¿Tu crees que tendremos que estar mucho tiempo más por aquí?, es decir, realizando entrenamientos, llevamos desde los ocho años aproximadamente, tú harás pronto los diecinueve y yo los dieciocho. Y todavía no se que haré cuando acabemos.
-Dios, Lyan me preguntas lo mismo todos los meses desde hace dos años, así que como todavía no he encontrado una respuesta mejor te diré lo de siempre- se fue girando hacia ella, la agarró por los hombros y mientras la sacudía como si estuviera tiritando, le gritaba-¡Me da igual cuando acabemos, la cuestión es acabar, y cuando ese día llegue intentaré entrar en los exploradores!-
Ella le dio un empujón, y Kyern se resbaló cayendo de culo contra esas baldosas que eran tan rugosas como piedras, mientras se reían ella le ayudó a levantarse y aprovechándose de la fuerza que estaba usando para levantarlo Kyern la tiró al suelo, Lyan le empujó contra una de las paredes. Y al cabo de cinco minutos los dos estaban cada uno tirado en el suelo con el agua a la altura de las orejas y con el cuerpo lleno de moratones por todos lados.
-Je,je,je- Reía Lyan mientras se recuperaba de los golpes- hacía por lo menos un año que no nos peleábamos.
Kyern recordó el incidente de la última vez.

Una noche después de los entrenamientos se fueron a duchar, allí comenzaron con su pelea nocturna que siempre hacían una vez al mes, el problema ocurrió que el alboroto llamó la atención de un muchacho que pasaba por allí cerca, asomándose por las ventanas vidriosas y empañadas, se hizo una idea equivocada de lo que estaba sucediendo en ese instante y fue corriendo a avisar a los maestros, su querido juego les costó dos semanas preparando los campos de entrenamiento y no es nada divertido mantener paredes de casi una tonelada mientras decenas de personas la están cruzando.
Cuando finalizaron la ducha, se dirigieron corriendo a las clases, y allí el maestro Huoren (tal y como se esperaban), les dirigió una reprimenda, pero esta vez para sorpresa de ambos y del resto de la clase en lugar de arreglar el campo de entrenamiento, los castigó con clases extras para recuperar todo el tiempo perdido.
-¿Clases extras?, venga ya. Aquí pasa algo raro el maestro nunca ha mandado a clases extras en su vida.
-Ni el maestro, ni nadie Lyan, a lo mejor es que han cambiado el sistema de castigos y han llegado a la conclusión de que preparar el campo de entrenamiento es demasiado.
-Imposible-comentó Lyan. Y la verdad es que Kyern pensaba lo mismo, no es normal que den clases extras.
-Vayamos a hablar con Uryo, quizás él sepa algo al respecto.
Kyern vio que Lyan tenía razón, al fin y al cabo Uryo era el director de la escuela.

martes, 12 de enero de 2010

Capitulo 1, Parte 1

Los rayos de luz del sol se deslizaban a través de la ventana inundando toda la habitación lentamente iban haciéndose visibles las manchas de comida y bebida sobre el suelo. Era un habitáculo amplio, veinte ruinosas literas acompañaban la madera carcomida de las paredes, con suerte aguantaban a los que tuvieran que dormir. Dos baúles de un metal negro como el cielo de una noche sin luna, con un cierre triangular en la parte superior de éste, custodiaban el pie de cada litera.
Un sonido quejumbroso recorrió la habitación como si de un susurro se tratara. Entre un barullo de mantas viejas y raídas que se encontraban en una esquina cerca de una de las literas, comenzó a removerse lentamente lo que parecía un cuerpo dolido, cansado, y principalmente resacoso, esos movimientos lentos y pausados fueron volviéndose más ágiles con el paso de los segundo para luego volver a enrollarse entre las mantas, éstas se apelotonaron alrededor de su cabeza y notó el frío del suelo en los dedos de los pies.
-Mierda, ya me he vuelto a caer otra vez, malditas literas- decía el muchacho mientras se levantaba perezosamente y lanzaba las mantas hacía su cama. Contempló el resto del barracón y en su cara se distinguió un gesto de preocupación y vergüenza.
Se dirigió a la cama que estaba bajo la de su litera, agarró por el hombro el cuerpo roncante que allí descansaba y comenzó a agitarle arriba y abajo, arremetiendo contra los ya estropeados muelles del colchón.
-Despierta maldita holgazana, ya es de día y solo quedamos nosotros dos- Dijo mientras volvía a echar un vistazo al resto del barracón- O nos damos prisa o el maestro Huoren nos volverá a castigar.
-¿Eh?, Venga tío que no es la primera vez que llegamos tarde-Contestó una voz que denotaba estar mordiendo la almohada- Nos reñirá como siempre, nos dirá que somos los peores alumnos como siempre, y por último nos dirá que retomemos el entrenamiento por donde esté…
-Como siempre-dijo con una sonrisa el muchacho ya levantado mientras tiraba las mantas hacia lo que era su cama.
-Si…-comenzó a decir la muchacha mientras se levantaba de la cama, y alargando los brazos para estirarse las articulaciones comenzaron a crujir-…hay que ver, creo que habré cogido una mala posición o algo esta noche porque me duele todo el cuerpo como nunca, me siento como si hubiera estado entrenando tres semanas seguidas.
-Ya, una mala posición. Esto es lo que pasa cuando nos acostamos dos horas antes de que amanezca tras la fiesta del Crecimiento Verde.
Mientras seguían discutiendo se dirigieron a sus respectivos baúles, introdujeron un dedo en los cierres triangulares. Del cierre de la muchacha salió un pequeño haz de luz azul, a la par que sonaba el movimiento de engranajes y ruedas, viejas y oxidadas, y el baúl comenzó abrirse.
-Mierda -sonó masculló el chico- Creo que este cierre está estropeado, cada vez tengo que meter más energía, me va a acabar dejando seco.
-A ver si lo que pasa es que te estás volviendo un inútil que ya no puede ni abrir un baúl-dijo ella con una sonrisa en la boca.
-Lyan, aquí la única inútil eres tú, que eres la que se tiraba unos cuatros minutos para escalar un simple muro de veinte metros-dijo él con una expresión irónica.
-Buah, chorradas, la superficie era muy arenosa y resbaladiza, y no había manera de adherirse- contestó - además…
-Déjate de excusas, de todos modos el cierre tiene que estar mal, desde hace una semana tengo que hacer el menos tres intentos para poder abrirlo.
-Pues díselo a los de mantenimiento-
-Claro para que me cobren el doble, primero intentando arreglarlo, cosa que no lo lograrán, porque ninguno vale para nada, y segundo haciéndome comprar otro baúl nuevo, y no es que nade en la abundancia ahora mismo precisamente. Pero no me preocupo, cuando domine el mundo, no necesitaré preocuparme por un rancio baúl de hace no se cuantos años.

Nuevo Amanecer

Bueno nuevo año comienza, y como no se de que manera empezar el blog este año traeré una historia que escribí hace mucho, iré colgando partes poco a poco, espero que os guste

miércoles, 30 de diciembre de 2009

2009 año 600

Bueno este año se han cumplido los 70 años desde la creación de marvel y muchas de sus colecciones han llegado al numero 600. Madre mía 600 números, 600 meses que han estado deleitandonos (y decepcionandonos también a veces) con numerosas aventuras e historias de tantos personajes de marvel, por desgracia aun keda para que la mayoría de estos números lleguen aquí a España, pero para 2010 podremos disfrutar de ellos, Thor, Spiderman, Hulk, y el largo elenco de superhéroes marvelianos que llegaran con sus números especiales para celebrar esa gran cantidad de sueños que han dado a muchos. Personalmente tengo ganas de que llegue el día del número 1000, se podría considerar como el milenio de marvel. Y esto es todo, para el 2009 creo añadiré algo nuevo al blog, como unas descargas quizás y asi damos un poco más de vidilla a esto y a ver si va despertando un poco